Rumanía y Bulgaria están buscando el modo de evitar el cierre de sus refinerías de petróleo antes de que el próximo 21 de noviembre entren en vigor las sanciones de Estados Unidos contra la petrolera rusa Lukoil, propietaria de dichas instalaciones, informa Politico.
Según fuentes del medio, ambos países están estudiando la posibilidad de solicitar una exención de las sanciones al país norteamericano.
Mientras, el Parlamento búlgaro aprobó el viernes una ley que otorga a un administrador designado por el Gobierno amplios poderes para tomar el control operativo de la refinería de la empresa rusa, que abastece casi por completo las necesidades de combustible del país, vender sus activos y nacionalizarla en caso necesario.
Por su parte, Bucarest considera la nacionalización de la refinería de Lukoil como la última opción, declaró un alto funcionario del país consultado por el medio.
